martes, 22 de septiembre de 2015

SEMANA 5


METAMORFISMO Y ROCAS METAMÓRFICAS

El metamorfismo es la transformación sin cambio de estado de la estructura o composición química o mineral de una roca cuando queda sometida a condiciones de presion o temperatura distintas a las que la originaron o cuando recibe una inyección de fluidos. 

El metamorfismo puede producirse en cualquier tipo de roca existente con anterioridad, cuando cambian las condiciones en las que la roca era estable. La presión aumenta cuando la roca cambia de profundidad, y la temperatura lo hace por proximidad a un magma. Ambos procesos suelen darse conjuntamente, aunque también pueden ocurrir por separado.

Lo más habitual es que las rocas no pierdan ni reciban sustancias químicas, de modo que la mayor parte de los cambios que se producen en el metamorfismo son mineralógicos: la roca en su conjunto está formada por los mismos elementos químicos, pero distribuidos de forma distinta, en minerales diferentes.


El metamorfismo se produce en condiciones intermedias entre la sedimentación y el magmatismo. A poca profundidad no se producen cambios en la estructura de la roca, pero sí la litificación de los sedimentos. El final de la litificación y el principio del metamorfismo se identifican por la aparición de ciertos minerales característicos, concretamente por la aparición de la antracita y la desaparición del petróleo (línea muerta). El límite superior del metamorfismo está marcado por la presencia de rocas mixtas, las migmatitas, algunos de cuyos componentes se han fundido, mientras que otros no lo han hecho.


Factores que intervienen en el metamorfismo

Como se ha visto hasta ahora, la presión y la temperatura son los factores que más influyen en el desarrollo de los procesos metamórficos, aunque también se ven afectados por la presencia de fluidos.

ü  La presión aumenta con la profundidad a un ritmo aproximado de 0,3 Kg/cm2 por kilómetro en la corteza continental, aunque ese gradiente varía de unas zonas a otras: es máximo en los bordes destructivos y más bajo en los constructivos. Su magnitud depende de varios componentes: lapresión de confinamiento, que incluye el peso de la columna de rocas en un punto determinado (presión litostática) y la fuerza ejercida por los fluidos contenidos en las rocas (presión de fluidos), además de la presión tectónica, que es ejercida en dirección horizontal y que se debe al plegamiento.

 temperatura: aumenta también con la profundidad, aunque solo lo hace regularmente en los primeros kilómetros de la litosfera. El gradiente geotérmico medio es de 30º C/km, pero es muy variable: oscila entre los 6º C/km en las fosas oceánicas hasta los 90º C/km en las dorsales. También se puede producir un aumento de la temperatura como consecuencia del rozamiento, en las zonas de falla, o debido a la proximidad de un magma.

Los fluidosproporcionan agua e iones disueltos que hacen posibles las reacciones químicas. La presencia de fluidos por sí sola no es suficiente para que tenga lugar el metamorfismo, pero sí que lo facilita.


Tipos de metamorfismo

Pueden distinguirse dos grandes tipos de metamorfismo: el que se produce sin relación con los bordes de placa y el que ocurre en los bordes de placa.


El metamorfismo de impacto: tiene lugar exclusivamente en las zonas donde se ha producido el impacto de un meteorito. En esos lugares la temperatura alcanza valores muy altos durante unos breves instantes. El resultado es la formación de minerales vítreos y brechas que se producen al pulverizarse las rocas.

El metamorfismo de enterramiento: se da en algunas cuencas sedimentarias, por hundimiento progresivo de los sedimentos depositados en ellas (subsidencia). En esos ambientes llegan a alcanzarse valores de presión de unos 3 Kg/cm2, y temperaturas de unos 300º C, lo que representa un grado muy bajo de metamorfismo que da lugar a zeolitas, rocas que aún conservan bien las estructuras sedimentarias.

El dinamometamorfismo se produce en zonas de falla, debido a la presión ejercida por los bloques de roca que se desplazan. El rozamiento produce calor que puede, incluso, llegar a fundir las rocas. El resultado es la formación de rocas fragmentadas que ocupan una anchura variable en el plano de falla, y que recibe el nombre de brecha de falla. Si sus fragmentos son de tamaño microscópico la roca recibe el nombre de milonita.

El metamorfismo térmico se produce en la zona alta de los orógenos y en las proximidades de los puntos calientes, alrededor de las masas de magma que alcanzan la corteza. El calor del magma da lugar a una aureola metamórfica, con zonas identificables por la presencia de minerales índice. Los indicadores de estas zonas, de mayor a menor intensidad son la sillimanita, la andalucita, la biotita y la clorita.

El efecto que el termometamorfismo produce sobre las rocas es, fundamentalmente, la recristalización.

El metasomatismo se denomina también metamorfismo hidrotermal. Se debe al contacto de las rocas con fluidos a alta temperatura, que les aportan nuevos minerales. Como consecuencia, las rocas originarias sufren cambios de composición que pueden ser considerables y que pueden dar lugar a yacimientos minerales de interés. El metasomatismo puede darse en cualquier lugar en el que exista una actividad magmática importante.

En los bordes de placa se dan dos tipos diferentes de procesos metamórficos: el metamorfismo de fondo oceánico y el metamorfismo regional.


El metamorfismo de fondo oceánico: tiene lugar en el entorno de las dorsales oceánicas. Se debe a la circulación del agua del mar en las grietas de la corteza recién formada y aún caliente. Es el tipo de metamorfismo más extendido geográficamente.

El metamorfismo regional: denominado también metamorfismo dinamotérmico o termodinamometa-morfismo, se produce siempre en relación con las zonas de subducción o de obducción. Es el tipo de metamorfismo más distribuido, ya que se produce incluso en los continentes, y da lugar a las rocas metamórficas más conocidas, identificables no solo por los minerales que los forman, sino también por una estructura característica, la hojosidad, que se debe a la elevada presión.

La anatexia es el proceso de fusión parcial de rocas preexistentes bajo condiciones de presión y temperatura elevadas, que corresponden más al metamorfismo regional que al de contacto. La fusión parcial de las rocas da lugar a la formación de migmatitas. En estas rocas aparece una parte oscura (melanosoma) que contiene minerales máficos como anfíboles y biotita, y una parte clara (leucosoma), procedente de la fusión de minerales félsicos. Los minerales de tonos intermedios corresponden a los restos inalterados de la roca original.





Intensidad del metamorfismo

La intensidad del metamorfismo sufrido por una roca depende de la magnitud de la presión y la temperatura a las que ha estado sometida. Las rocas que se han formado en condiciones semejantes forman parte de la misma facies metamórfica.

El metamorfismo de mayor intensidad es el metamorfismo regional. Todas las rocas que se forman en esas condiciones poseen una textura característica, la esquistosidad, que consiste en que se rompen a lo largo de superficies aproximadamente paralelas.

El metamorfismo regional puede tener dos modalidades: de alta presión, localizado en el plano de Benioff, y de alta temperatura, que ocurre a poca profundidad.

Las rocas metamórficas

Los procesos de transformación mineral que se producen en las rocas metamórficas se denominan blastesis. En general, la blastesis provoca la desaparición de la textura original de la roca y la aparición de una textura específica, característica del metamorfismo, que recibe el nombre de textura cristalográfica. Las rocas metamórficas pueden presentar cuatro tipos diferentes de texturas cristalográficas, o diferentes combinaciones de esas texturas.

·                     La textura granoblástica consiste en que la roca está formada por minerales cuyos cristales son de tamaño parecido en todas las direcciones, con tendencia a adquirir forma hexagonal.



·                     La textura lepidoblástica se caracteriza por minerales con cristales alargados, orientados paralelamente entre sí.


·                     La textura nematoblástica consiste en que los minerales tienen forma de aguja y adoptan una disposición orientada, situándose en paralelo.


·                     La textura porfidoblástica consta de una matriz formada por minerales de pequeño tamaño entre los que aparecen otros de tamaño mucho mayor, los pórfidos.

Los esfuerzos tectónicos que sufren las rocas durante el metamorfismo provocan también la aparición de  estructuras planares, definidas por la orientación de sus minerales, que reciben el nombre de microestructuras. La esquistosidad es la característica de determinadas rocas de dividirse en hojas o "lajas" en la dirección perpendicular a la del esfuerzo que soportan. Su aparición no supone, necesariamente, que se haya producido metamorfismo, pero sí que la roca ha estado sometida a un esfuerzo dirigido.

La foliación se da cuando las capas de la roca tienen composición diferente, y son más irregulares que en el caso de la esquistosidad. Las rocas que la presentan han sufrido metamorfismo, que ha provocado la recristalización de sus minerales.

La lineación es otra microestructura característica de las rocas metamórficas. Se caracteriza por la presencia de estructuras lineales, debidas a que la roca está formada por minerales en forma de aguja o a la intersección de planos de cristalización.

Los micropliegues son deformaciones de pequeña amplitud que se producen en rocas con esquistosidad que tienen minerales diferentes.

La esquistosidad es una de las características más distintitvas de las rocas sedimentarias, por lo que se utiliza para clasificarlas.


Composición de las rocas metamórficas

Desde el punto de vista de la composición, se distinguen cuatro grupos de rocas en los que se incluyen todas las rocas metamórficas:
·                     La serie ultramáfica procede de rocas como peridotitas y piroxenitas, formadas fundamentalmente por olivino y piroxenos. Las rocas metamórficas a las que dan lugar son las serpentinas.
·                     La serie máfica se forma a partir de rocas como andesita o basalto e incluye anfibolitas, esquistos verdes, esquistos con glaucofana y, en condiciones extremas, eclogitas.
·                     Las rocas de la serie pelítico grauváquica se forman a partir de rocas sedimentarias compuestas por cuarzo, feldespatos y silicatos laminares. Constituyen una serie muy bien definida, en la que se aprecia perfectamente la intensidad del metamorfismo que ha tenido lugar. La serie empieza con las arcillas, que realmente pueden considerarse un sedimento, y a medida que va aumentando la presión que soportan, se forman lutitas, pizarras, esquistos y finalmente gneises
·                     Las rocas de la serie calcosilicatada se forman a partir de rocas carbonatadas como calizas y dolomías, que dan lugar a mármoles.


Principales rocas metamórficas 

Las pizarras son rocas de la serie pelítico-grauváquica de grano fino y esquistosidad muy bien definida debida a la disposición paralela de minerales laminares como clorita o moscovita.

Los esquistos también son rocas de la serie pelítico-grauváquica, formadas por un metamorfismo de mayor intensidad que el responsable de la formación de las pizarras. Son rocas de grano medio a grueso, formadas por minerales apreciables a simple vista. No conservan texturas sedimentarias, y en ellos la materia orgánica se ha transformado en grafito. Se rompen en capas con relativa facilidad debido a que los minerales planares que los forman, fundamentalmente micas, están dispuestos paralelamente entre sí.

El gneis es la roca de la serie pelítico-grauváquica que corresponde a una mayor intensidad de metamorfismo: se forman en condiciones de metamorfismo regional intenso, que transforma la moscovita en ortosa. Son rocas de grano medio a grueso, formadas por cuarzo, ortosa y biotita, que pueden perder la esquistosidad, pero conservan una estructura orientada bien definida por la disposición de los cristales negros de biotita. Se distingue entre ortogneis, que procede de rocas magmáticas, y el paragneis, que se ha formado a partir de rocas sedimentarias. 

La anfibolita está formada fundamentalmente por hornblenda y plagioclasa, y presenta una foliación menos marcada que los esquistos. Las eclogitas son rocas parecidas en composición a basaltos y gabros, formadas por metamorfismo de alto grado en ausencia de agua. Sus principales minerales son el granate y los piroxenos.

La cuarcita es el resultado del metamorfismo regional o de contacto de areniscas ricas en cuarzo. No presenta foliación, y se posee cristales de tamaño grande. Elmármol, por su parte, posee las mismas características (cristales de grano grueso, sin foliación) porque se ha formado en las mismas condiciones, pero partiendo de rocas carbonatadas, como calizas o dolomías.

Las corneanas son rocas formadas como resultado de metamorfismo de contacto, por lo que tienen grano fino y no presentan foliación.

Metamorfismo y tectónica

Las condiciones que se dan en losbordes constructivos son baja presión, temperatura no muy elevada y presencia de fluidos ricos en minerales. En estas condiciones el metamorfismo que se produce es el de fondo oceánico. El proceso más importante que tiene lugar en él es la sustitución de los minerales máficos por otros estables a menor temperatura.

En los bordes destructivos se producen fenómenos metamórficos muy complejos, destacando la existencia de dos "cinturones" de metamorfismo de diferentes condiciones. El cinturón más externo se caracteriza por alta presión y temperatura relativamente baja, y se localiza en la zona de contacto entre las placas. El segundo es una zona de metamorfismo de contacto, de alta temperatura y baja presión, producido por el ascenso del magma que se ha producido debido a la subducción.

En estas zonas también se produce metamorfismo de enterramiento asociado a los depósitos sedimentarios de las fosas oceánicas.

un corto resumes en video:


SEMANA 4


Meteorización de las rocas

La meteorización es la desintegración y descomposición de una roca en la Superficie terrestre o próxima a ella como consecuencia de su exposición a los agentes atmosféricos, con la participación de agentes biológicos.


Tipo de de meteorización


-Meteorización química:

Se altera la composición química de las rocas provocando una falta de cohesión entre las mismas. Los procesos que determinan esta meteorización son los atmosféricos, el dióxido de carbono, el oxígeno y el vapor de agua. Estos se encuentran involucrados en:


Oxidación: algunos de los minerales reaccionan con el oxígeno proveniente de la atmósfera.

Disolución: se trata de minerales solubles en agua, como es el caso de los cloruros, nitratos, etc.

Carbonatación: El dióxido de carbono se combina con algunos minerales y es arrastrado por el agua, es el caso del bicarbonato.

Hidratación: el agua incorpora moléculas a la estructura química de algunos minerales aumenta su volumen.

Hidrólisis: La rotura de la estructura de minerales gracias a la acción de aniones y cationes de agua.

Bioquímica: producida por la acción de los ácidos orgánicos que provienen de la descomposición de materiales orgánicos.



-Meteorización Mecánica 

Este tipo de meteorización tiene como resultado la descomposición y desintegración de la roca sin influir en su composición química. Se puede apreciar como la roca va sufriendo una separación de sus materiales creando pequeños trozos de piedra, de esta manera se facilita el proceso de erosión. Es importante apuntar que el estado químico de la roca no se modifica, se modifica el estado físico. Loa agentes que provocan este tipo de meteorización son:

La descompresión: 

Afecta a rocas que han estado bajo la superficie terrestre por tiempo indeterminado y por algún cambio a nivel climático natural o por acción del hombre, se han encontrado en la superficie terrestre. Este cambio de presión influye sobre la roca generando su dilatación y por ende la expansión y la presencia de grietas con lo que son creadas las losas horizontales.

Esisten  maneras de producirse la fragmentación de la roca.

Gelifracción: Es la rotura de la rocas debido a la acción de cuña que realiza el agua al congelarse en el interior de las grietas de la roca.

Descomprensión: Es la expansión que experimentan las rocas que se han formado en el interior de la corteza terrestre cuando asciende a la superficie.

Abrasión: Es el roce ocasionado sobre las rocas por los pequeños clastos que son transportados por el viento, por corrientes fluviales  o por el olejae.

Impacto: Los golpes producidos por la caída de rocas puede provocar la fracción, tanto de los materiales caídos como de los que reciven impacto.

Termoclastia: Es debida a las grandes diferencias de temperatura que puede producirse entre la superficie de la roca y su interior cuando se encuentran expuestas al sol.

Oxidación: Algunos minerales, como los sulfuros, reaccionan con el oxígeno atmosférico y forman óxidos e hidróxidos de hierro, cobre, alumino y cinc.

Carbonatación: Es la adicción de un grupo de carbonatos a la molécula de un mineral , por el contacto de agua que lleva CO2 en disolución.

Disolución: Se produce sobre los minerales solubles, halita, silvina, carnalita y yeso.
La roca madre
El clima
El relieve



Meteorización De Rocas Representativas


Pueden ser de naturaleza física (fragmentación y disgregación mecánica de la roca), química(se produce un cambio en la naturaleza de los materiales) o biológica, que en última instancia engloba procesos físicos o químicos provocados por la actividad orgánica.

En el Alto Aragón, los procesos de meteorización más destacables son:

La meteorización por disolución, que afecta a los carbonatos (de margas, calizas, areniscas), yesos y sales más solubles.

La meteorización por cristalización de sales (yeso, mirabilita, halita..), con hidratación, que provoca un incremento de volumen, ahuecamiento y disgregación de margas, areniscas y otros materiales parentales.
La meteorización por cristalización del agua por helada en fisuras de la roca, con el consiguiente incremento de volumen y fragmentación de la misma.

La meteorización por hidrólisis, es decir la reacción entre un mineral (por ejemplo, alumino-silicatos) y el agua
La meteorización por óxido-reducción, que afecta a los elementos que pueden actuar con diversos estados de valencia, como el hierro y el manganeso.


FORMACIÓN DEL SUELO


La roca, al ser meteorizada, queda alterada en el mismo lugar donde afloró en la superficie terrestre. Se va formando por este proceso un manto homogéneo y rico en nutrientes, por lo que es colonizado rápidamente por seres vivos, como plantas o las lombrices de la imagen. La acción de estos seres transforma este manto homogéneo apareciendo zonas diferenciadas llamadas horizontes.
Suelo, geológicamente hablando, es la capa más superficial, móvil y suelta de la corteza terrestre, resultado de la meteorización y de la acción de los seres vivos. La ciencia que estudia los suelos se llama Edafología.

La formación de un suelo depende de factores tan diversos como son:
Es la roca que genera el suelo. Cuanto más dura sea esta roca, más tardará en meteorizarse y transformarse en suelo.

En climas húmedos las rocas se meteorizan antes debido a la acción del agua. Esto permitirá que se forme mejor que en un climaseco.

Cuando el relieve es suave los productos de la meteorización quedan donde se encontraba la roca madre, generando un suelo. Si el relieve es abrupto los fragmentos de roca meteorizada son arrastrados rápidamente hacia otros lugares. Por eso en estas zonas es más difícil que se forme un suelo con todos los horizontes, es decir, un suelo evolucionado.


En la desintegración física, la acción de los factores de formación se traduce en un progresivo y creciente fraccionamiento de la roca y sus fragmentos sin cambiar su composición química, hasta alcanzar tamaños muy reducidos de partículas homogéneas y compuestas en general por un solo mineral (bloques, cantos rodados, bolones, gravas, arena, limo).
En la descomposición química, los factores de formación originan un suelo de composición mineralógica distinta a la de la roca madre y de una finura muchísimo mayor que la acción física (arcilla).



Suelos residuales y transportados


Suelos residuales: se encuentran en el lugar de su formación. Su espesor depende de las condiciones climáticas pudiendo alcanzar varias decenas de metros. En las zonas templadas, salvo excepciones, constituyen suelos firmes y estables.

Suelos transportados: se encuentran alejados de su lugar de formación, constituyendo sedimentos o depósitos. 

Pueden ser:

a)Aluviales o aluvionales: transportados por el agua.

b) Aeolianos o eólicos: transportados por el viento (dunas, loess).

c) Glaciales: Originados por movimientos de glaciares.

d) Coluviales o eluviales: movidos por la gravedad (detritos de ladera o escombros de falda).

Influencia de los agentes de transporte en los depósitos de suelos transportados
En general: alteran la forma, textura y tamaño de las partículas, por abrasión, impacto, roce y disolución. Clasifican las partículas permitiendo su deposición al variar la energía, velocidad o condiciones fisicoquímicas de transporte. A mayor energía del flujo en el momento de la depositación, más compactos y estables serán los depósitos o sedimentos.

El agua: torrentes, ríos, lagos, océanos.Interesa la energía del transporte;origina depósitos homogéneos en planta, de partículas redondeadas, con heterogeneidad vertical.

 Viento:

 Loess: llanuras de finos y arenas.

Dunas: acumulación de granos uniformes por pérdida de energía del flujo de transporte.
Característica de los depósitos eólicos: gran selectividad de tamaño.

Glaciares: Originan depósitos con gran diversidad de tamaños (desde bloques hasta limos), heterogéneos, de partículas angulosas y estriadas.



Suelo Orgánico

El estudio de la dinámica del suelo muestra que sigue un proceso evolutivo al que son aplicables por completo los conceptos de la sucesión ecológica. La formación de un suelo profundo y complejo requiere, en condiciones naturales, largos períodos de tiempo y el mínimo de perturbaciones. Donde las circunstancias ambientales son más favorables, el desarrollo de un suelo a partir de un sustrato geológico bruto requiere cientos de años, que pueden ser millares en climas, topografías y litologías menos favorables.
Los procesos que forman el suelo arrancan con la meteorización física y química de la roca bruta. Continúa con el primer establecimiento de una biota, en la que frecuentemente ocupan un lugar prominente los líquenes, y el desarrollo de una primera vegetación. El aporte de materia orgánica pone en marcha la constitución del edafon. Éste está formado por una comunidad de descomponedores, bacterias y hongos sobre todo y detritívoros, como los colémbolos o los diplópodos, e incluye también a las raíces de las plantas, con sus micorrizas. El sistema así formado recicla los nutrientes que circulan por la cadena trófica. Los suelos evolucionados, profundos, húmedos y permeables suelen contar con las lombrices de tierra, anélidos oligoguetos comedores de suelo, en su edafón, lo que a su vez favorece una mejor mezcla de las fracciones orgánica y mineral y la fertilidad del suelo.